Me ven ahora

20 de febrero de 2014

Tomas Tranströmer / Allegro



Allegro

Toco Haydn después de un día negro
y siento un sencillo calor en las manos.
Las teclas quieren. Golpean suaves martillos.
El tono es verde, vivaz y calmo.
El tono dice que hay libertad
y que alguien no paga impuesto al César.
Meto las manos en mis bolsillos Haydn
y finjo ser alguien que ve tranquilamente el mundo.
Izo la bandera Haydn -significa.
"No nos rendimos. Pero queremos paz".
La música es una casa de cristal en la ladera donde vuelan las piedras, donde las piedras ruedan.
Y ruedan las piedras y la atraviesan
pero cada ventana queda intacta.

17 de febrero de 2014

Suave como el peligro



Suave como el peligro atravesaste un día
con tu mano imposible la frágil medianoche
y tu mano valía mi vida y muchas vidas
y tus labios casi mudos decían lo que era el pensamiento.
Pasé una noche a ti pegado como un árbol de vida
porqué eres suave como el peligro,
como el peligro de vivir de nuevo.

11 de febrero de 2014

Henrik Nordbrandt. / Nuestro amor es como Bizancio-

  Nuestro amor es como Bizancio


Nuestro amor es como Bizancio
tuvo que haber sido
la última noche. Tuvo que haber habido
me imagino
un resplandor en los rostros
de los que se agolpaban en las calles
o formaban pequeños grupos
en las esquinas de las calles y en las plazas
hablando en voz baja,
un resplandor que tuvo que haberse parecido
al que tiene tu cara
cuando te echas el pelo hacia atrás
y me miras.

Me imagino que no hablarían
mucho y solo de cosas
bastante indiferentes,
que tratarían de hablar
y se detuvieron
sin haber llegado a decir
lo que querían
y lo intentaron de nuevo
y lo volvieron a dejar
y se miraron mutuamente
y bajaron la mirada.

Los iconos muy antiguos, por ejemplo
tienen el mismo resplandor
que el flamígero fulgor de una ciudad en llamas
o el brillo que la muerte inminente
deja en las fotografías de muertos prematuros
en el recuerdo de los supervivientes.

Cuando me vuelvo hacia ti
en la cama, tengo la sensación
de entrar en una iglesia
que fue quemada
hace mucho tiempo
y donde solo ha quedado
la oscuridad en los ojos de los iconos
plenos de las llamas que los aniquilaron.

Gustavo Adolfo Bécquer / Fiebre






Al ver mis horas de fiebre
e insomnio lentas pasar,
a la orilla de mi lecho,
¿quién se sentará?

Gustavo Adolfo Bécquer



7 de febrero de 2014

LAS ROSAS OXIDADAS DE OTOÑO


 

LAS ROSAS OXIDADAS DE OTOÑO


Las rosas oxidadas de otoño
miran el espacio blanco de lluvias
la lluvia hilvana el cielo con la tierra
con miles de puntadas y escalofríos.

Y todo se malogra, se distorsiona,
chorrea, sangra podredumbre
pero no para siempre - de desesperación
sino por un instante - de placer.



Maria Pawlikowska-Jasnorzewska- Polonia
Traducción de Lucía Málaga Sabogal

4 de febrero de 2014

María Mercedes Carranza / Poema de los hados




POEMA DE LOS HADOS

Soy hija de Benito Mussolini
y de alguna actriz de los años 40
que cantaba la “Giovinezza”.
Hiroshima encendió el cielo
el día de mi nacimiento y a mi cuna
llegaron, Hados implacables,
un hombre con muchas páginas acariciadas
donde yacían versos de amor y de muerte;
la voz furiosa de Pablo Neruda;
bajo su corona de ceniza, Wilde
bello y maldito,
habló del esplendor de la Vida
y de la seducción fatal de la Derrota;
alguien grito “muera la inteligencia”,
pero en ese mismo instante Albert Camus
decía palabras
que eran de acero y de luz;
la Pasión ardía en la frente de Mishima;
una desconocida sombra o máscara,
puso en mi corazón el Paraíso Perdido
y un verso;
“par delicatesse j’ai perdu ma vie”.
Caía la lluvia triste de Vallejo
se apagaba en el viento la llama de Porfirio;
en el aire el furor de las balas
que iban de Cúcuta a Leticia, se cruzaban
con los cañones de “Casablanca”
y las palabras de su canción melancólica:

“El tiempo pasa,
un beso no es más que un beso...”


Así me fue entregado el mundo.
Esas cosas de horror, música y alma
han cifrado mis días y mis sueños.